Mis recuerdos de infancia están asociados a los sancochos en la “manga” (prado) en la Alquería, la finca de mis abuelos. Mi abuelo con mi mama, mi tía Soffy y mi tío Martín, iban al pueblo el día anterior a comprar las carnes y las verduras que se iban a necesitar, después de haber chequeado que había en la huerta y habernos metido en ella con Livardo a recoger las zanahorias, el repollo, el cilantro...
El programa empezaba desde temprano. Había que ayudar a recoger leña, buscar las piedras que fueran perfectas para hacer el fogón. Traer platos, cucharas, tenedores, cuchillos, vasos, tazas de todas las casas. Buscar ruanas y mantas que no alcanzaban. Y Patricia nos enseñaba a hacer cojines con periódicos al estilo scout. Porque Guarne era super húmedo y sentarse en el pasto era sinónimo de salir empapado.
Y luego empezaba desde las 11:30, 12 el festín. Se prendía el fuego, se ponía la olla y Doña Carola iba ordenando que iba adentro y en que orden. Mientras tanto mis tíos cantaban y tocaban guitarra y tiple y entre bambucos y pasillos el sancocho se cocinaba.
Comíamos hacia las 4 de la tarde, después de haber jugado y trabajado toda la mañana y empezaba la recogida de las cosas mientras los mayores dormían la siesta del sancocho...
Recuerdos inolvidables, que mi Tio Jorge sigue produciendo para que la tradición y nuestras costumbres nunca se acaben...
Esta es la versión del sancocho que tengo en la memoria... Sancocho de Tres Carnes
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