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voces azules, amenazadas

los cambiantes paisajes sonoros del océano

Las ilustraciones de arriba a abajo muestran los ‘paisajes sonoros’ en el océano. Antes de la revolución industrial, lo que se oía allá debajo del mar eran sonidos producidos por movimientos geológicos: cosas como terremotos, volcanes, desembocaduras de los ríos, etc. También algunas voces animales. Poco a poco, no obstante, el agua se llenó de otros ruidos completamente ajenos a los naturales: buques, taladros, compuertas, sonares activos, etc. Y todo eso ha afectado los animales marinos. Estos impactos van desde el comportamiento y fisiológico hasta, en casos extremos, la muerte. A medida que las actividades humanas en el océano continúan aumentando, tenemos la responsabilidad de administrar bien estos ‘paisajes de sonido’ de tal forma que hagan posible un futuro saludable para las criaturas que habitan nuestros océanos.

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Christopher W. Clark, del Cornell Lab of Ornithology, estudia las voces del océano (entre otros sonidos animales). Usando un sistema de escucha antisubmarina de la guerra fría, que modernizó con sistemas desarrollados en esa universidad, Clark está investigando cómo se mueven las grandes ballenas, comunicándose a través de miles de kilómetros cuadrados de océano usando el sonido para estar en contacto constante. “Esto es lo mismo que utilizar el Telescopio Espacial Hubble pero escuchando bajo el agua, como un gran oído”, dice. “La Marina había estado oyendo a las ballenas desde hacía años, pero no había reparado en la importancia de sus voces en baja frecuencia. Para mí eso fue como una revelación”.

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El fondo del mar es un lugar opaco. La vida entera de las ballenas transcurre en condiciones visuales que para los humanos serían como una neblina perpetua porque la luz no penetra muy lejos en el mar y el plancton a veces es tan denso que opaca hasta el día más soleado.

© María Victoria Jiménez. - 2021 Especial para Las vidas secretas de las ballenas

Durante una migración, una ballena por lo general no puede ver a sus compañeras de grupo. Pero sí las puede oír. Gracias a ciertas condiciones de temperatura y densidad del agua, el sonido en el mar se comporta de la forma más extraña, formando un canal que conduce su llamado por cientos y hasta miles de millas. Y el retumbar infrasónico de las ballenas de barbas es su manera de decir “aquí estoy”, en la inmensidad del océano.

Toca el botón de audio y podrás oír una grabación hecha en el Atlantico Noroccidental por la Marina estadounidense y que esta acelerada 10 veces más de lo normal. Así que las voces o cantos se distorsionan 3/8 de nota aproximadamente.

Las rayas verticales oscuras en las áreas resaltadas en azul son parte del canto de las ballenas jorobadas y se oyen como chirridos y silbidos; las de las zonas rosadas son voces de ballenas minke que suenan como clicks. La mancha oscura en la región verde es el sonido de un terremoto submarino que retumba fuerte y bajo. Eventos naturales tan ruidosos son comunes en muchas áreas de los océanos del mundo y no parecen tener un efecto obvio en el comportamiento de las llamadas de las ballenas en su vecindad.

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Un Espectrograma de Sonido
es como una partitura musical.

Es la representación visual

del sonido.

El acceso a los sistemas de escucha subacuáticas de la Marina - específicamente el SOSUS, Sound Surveillance System o Sistema de Vigilancia Sónica - les permite a los investigadores mover el cursor sobre la pantalla y escuchar las conversaciones submarinas en cualquier punto del océano. “Entonces, si soy una ballena en Terranova, puedo escuchar a otra colega en Bermuda”, dice Clark. Las ballenas que cantan van de un sitio al otro usando los ecos de sus intensas voces en baja frecuencia para navegar. Y esto sucede en completa oscuridad, en medio de una cuenca oceánica en la que el eco tarda de 10 a 20 minutos en regresar. “Entonces, las ballenas deben tener memorias acústicas asombrosas, de la misma forma que nosotros tenemos memorias visuales. Y por eso, el sentido de escala que tiene una ballena es del tamaño de toda una cuenca oceánica, y no solo unos cuantos kilómetros”.

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escritores de LOFARgram en el piso de vigilancia NAVFAC

Esta es una composición impresionante de grabaciones submarinas de todos los océanos del mundo, para que escuches hasta qué punto el ruido producido por nosotros impacta a los animales del mar. ¿Te imaginas viviendo en esa sopa de ruido?

Y es que el mar es sumamente ruidoso. Es más probable que el primer sonido que escuche un ballenato al nacer hoy en día no sea la voz de su madre, sino el rotar de las hélices de algún buque tanquero o de pesca. Desde la desembocadura de los ríos, los temblores lejanos, el traqueteo de los buques de carga y el sordo pulsar de los submarinos, todo hace cada vez más ruido. De hecho, la cantidad de ruido se dobla cada década. Para una ballena, vivir en medio de ese relajo es no poder oír las conversaciones con otras ballenas, o los ruidos que hacen sus presas, o el canto de amor de un posible novio. ¡Debe ser algo desesperante! Como vivir en una casa donde los vecinos pelean todo el día, los perros ladran sin parar durante horas, y tu hermano pone la música a todo timbal. Y tú, tratando de dormir, o de leer un libro, o de escribir en tu blog. Y entonces, cada vez que las actividades humanas invaden un área donde están las ballenas, ellas reaccionan a la contaminación de ruido quedándose calladas o yéndose de allí. Y eso no es nada bueno para ellas. Porque las ballenas van a comer a los mismos lugares. Y si esos lugares se vuelven muy ruidosos, entonces esta “contaminación acústica” reduce su mundo cada vez más.

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© Maria Victoria Jiménez - 2021 Especial para Las vidas secretas de las ballenas

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