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pacificanto: 
un concierto para ballenas y voz humana

septiembre, 2003*
Ángela Posada-Swafford. Especial para Lecturas Dominicales, El Tiempo, Bogotá, Colombia

Con un solo movimiento de su poderosa aleta caudal, el macho de ballena jorobada se hunde bajo el agua color plomo del Pacífico colombiano. El instinto le anuncia la presencia de las hembras, y antes de siquiera pensarlo, brota desde alguna parte de su masivo interior un brocado de lamentos, gorjeos, chirridos y ronroneos destinado a cautivar una compañera aún invisible. No muy lejos de allí hay una gran boya amarilla amarrada con cables al lecho del mar. Está hecha a partir de canecas de plástico y flotadores, y de su parte interior cuelga una cabeza llena de micrófonos submarinos. Los sensibles hidrófonos recogen el arreglo musical, y lo inyectan dentro de un sistema de telefonía satelital, el cual lleva la señal subacuática al espacio, para luego hundirla 120 metros bajo tierra, en las cavernosas entrañas de la Catedral de Sal de Zipaquirá.

Tal será el trayecto recorrido por las voces protagonistas del concierto para ballenas y voz humana que contará con la participación de la mezzo-soprano Martha Senn, y que se llevará a cabo el 27 y 28 de septiembre en la imponente mina subterránea. Organizado por la Fundación Santillana -presidida por el expresidente Belisario Betancur, y por el ingeniero electrónico Jorge Reynolds, el concierto pretende unir la ciencia con el arte para llamar simbólicamente la atención de la gente hacia las proezas biológicas de las ballenas jorobadas que anualmente migran desde la Antártida hasta los trópicos del hemisferio sur.

“Los cantos de las ballenas serán captados por seis boyas dispuestas a unas 20 millas de distancia una de la otra”, dice Reynolds, quien fue el artífice de un concierto similar en Hannover, Alemania, durante la Feria Mundial de 2000, esa vez con 12 artistas internacionales. “Dentro de cada boya hay un amplificador que se encargará de aumentar el volumen de la señal, y un sistema de pilas que durará varias horas. También hay un teléfono que enviará la señal a un satélite Global Star”. La serenata entrará entonces a otro teléfono en una central en Zipaquirá, donde se digitalizará y filtrará, para quitarle los ruidos ambientales.

“El mar no es silencioso. Es como una selva. Está lleno de sonidos producidos por los peces, el agua, las actividades volcánicas y hasta la lluvia de la superficie, que interfieren con la pureza del sonido que queremos captar, por lo que hay que limpiarlos”, dice Reynolds, quien diseñó y construyó las boyas, los filtros y los amplificadores en su laboratorio de Bogotá, con un grupo de estudiantes, y pocos días antes del evento estará colocándolas en altamar con la ayuda de la Armada Nacional.

A medida que el público entra en la catedral de sal el día del concierto, será recibido por sonidos de las ballenas en tiempo real, los cuales inundarán los pasillos que conducen a la nave central. En las rugosas paredes se proyectarán vídeos de ballenas y escenas submarinas, para poner a la audiencia a tono con el mundo acuático.

“Lo que hice fue tratar de recrear un año en la vida de una ballena jorobada en 40 minutos”, dice el compositor venezolano Huáscar Barradas, a quien acudieron Senn y Reynolds. “Con el maestro bogotano Pablo Arévalo en el piano preparado (tocado en las cuerdas y no las teclas), la voz de Marta Senn, un coro de niños, dos caracolas gigantes de Tahití, y varias ocarinas indígenas antiguas, interpretaremos siete movimientos que comienzan con un arrullo para el instante en que nace un ballenato, e incluyen las travesuras de adolescentes, el momento de la migración, la agonía de una cacería en altamar, y finalmente el triunfo del eterno retorno a los mares del sur”.

Puesto que es impredecible saber en qué momento las ballenas reales estarán cantando, los artistas usarán también grabaciones de años anteriores en el mismo lugar del Pacífico.

“Pero la idea es incorporar a las ballenas vivas como una cortina que siempre está ahí, y cuyas voces entran y salen constantemente”, dice Barradas.

Quizás lo más exótico será la percusión, que estará dada por latidos de corazones previamente grabados y tratados electrónicamente. Los corazones protagonistas, que laten todos a ritmos diferentes, serán los de una ballena jorobada, con sus lentas explosiones, y los de Martha Senn, los músicos Barradas y Arévalo, y el de Rolf Abderhalden, un artista especializado en teatro y artes plásticas quien diseñó la coreografía del espectáculo.

“Esto será una locura total”, dice Abderhalden. ”Es el proyecto más interdisciplinario que he hecho, puesto que estaremos poetizando una información que de otra manera sería demasiado árida para el público. Mientras los artistas interpretan en el escenario, pasaremos vídeos de ballenas y del trabajo de Jorge Reynolds con sus corazones en la pared del altar mayor.”

Según Barradas, hacer música con la naturaleza “es lo más raro que he logrado en mi vida. Me dí cuenta de que podía ser algo extraordinario, un vehículo para transmitir la magia que tienen todas esas cosas que desconocemos, pero que están ahí vivas, en el fondo del mar”.

¡y si quieres saber más sobre el detrás de cámaras de este evento, te invitamos a leer este otro artículo de ángela!
DETRÁS DE LOS PAVAROTTIS SUBMARINOS
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